Lulu
Príncipe: Inexplicable
Sucesos inexplicables están por ocurrir en el Castillo de la Biblioteca. Los sueños y la lectura están a punto de desaparecer. Es una batalla donde leopardos con alas de águilas y dragones se hacen realidad. Hay un problema, al príncipe Lemuel no le gusta leer. Para poder ayudar a su familia y ganar esta batalla, la fuerza física no será suficiente. El príncipe intenta explicar brevemente, el romance, el misterio, la aventura y el conocimiento que vivió en el paseo de la vida.
Lulu
Cupido: Su Propia Historia de Amor
Comienza en el mundo mágico el “reality show” Operación Cupido. En este concurso los cupido son enviados a diferentes países del planeta tierra, para ayudar a encontrar el amor a las personas que más lo necesite. Ektor, un joven cupido desea hacer lo que esté a su alcance para poder ganar la competencia. Lo que no espera, es que podría sentir sensaciones nunca antes sentidas, por la chica que le tocará ayudar. Convirtiéndose en sentimientos prohibidos para el mundo en donde él vive. Ektor, quiere compartir con ustedes su propia historia de amor.
Le dije que me encantaba leer… y terminé en una reunión del club de lectura con su mamá.
Por: Annesdy Tellado Todo comenzó porque me gustaba. Y cuando me preguntó si leía, no dudé: —¡Me encantan los libros! (La verdad, no leo ni los menús completos, pero no iba a decirle que no). Dos días después, me llegó una invitación a un club de lectura… Con su mamá. Y sus tías. Y sus amigas de como de 60 años. Tema del mes: Cien años de soledad. Yo pensé que era una película. Ahora tengo que leer 417 páginas, fingir que me encanta García Márquez, y cada vez que la señora Beauchamp me ve, me dice: —Tú sí que eres un muchacho culto. Y yo por dentro… solamente quería conocerla. No mientas sobre tus gustos… a menos que estés dispuesto a convertirte en el yerno literario del año.
Solo quería verme misterioso… y ahora tengo una cita en un cementerio.
por: Annesdy Tellado Me escribió por mensaje: —¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? No quería sonar básico, así que dije: —Cosas profundas. Lugares silenciosos. Conversaciones con el alma. (Sonaba poético, ¿no?) Entonces me responde: —¡Yo también! ¿Qué te parece si nos vemos en el cementerio de Bayamón a las 6:00 p.m.? Pensé que era broma. No lo era. Llevó flores. Y una manta. Yo llevé… repelente para mosquitos y miedo. Ahora estoy aquí, entre tumbas, escuchando música de violín en YouTube desde su celular. Me acaba de preguntar si creo en la reencarnación. Y yo solo quería beber un café con ella.